lunes, 7 de octubre de 2013

¿Por qué hay que dejar de pagar?



http://www.izquierdasocialista.org.ar/cgi-bin/elsocialista.cgi?es=254&nota=10

Se está por aprobar el presupuesto nacional para 2014. Se fijan nada más ni nada menos que 9.855 millones de dólares para pagos de deuda externa, que se sacarán de las reservas del Banco Central. Es decir, un 70,4% más que lo presupuestado para 2013, equivalente al 28% de las reservas del Banco Central. Por cada peso que se pagará en concepto de Asignación Universal por Hijo, se abonarán 4,6 por deuda externa.

Y eso no es lo peor: se “dibuja” que el crecimiento del PBI en 2014 va a ser del 6,2%. Lo que obliga a pagar un bono de deuda (el llamado Cupón PBI, que se paga cada vez que el PBI crece más de 3,2% anual) por 4.000 millones de dólares más el año que viene y una cifra igual en 2015.

La deuda externa es ilegal, inmoral...
Para muchos puede aparecer como chocante la idea de no pagar una deuda. Es lógico: si un compañero de trabajo me presta cien pesos para un remedio y no se lo devuelvo, estoy cometiendo un acto injusto. Pero la deuda externa es otra cosa. Nació en la época de la dictadura militar. Nos metieron “préstamos” que nunca recibimos y se incluyeron otros que habían tomado grandes empresas privadas (locales y extranjeras) -con la llamada “estatización” de la deuda de Cavallo en 1982. A partir de allí, pese a que la pagamos varias veces, la deuda externa siguió creciendo cual bola de nieve.

Se trata de una “deuda odiosa”: se llama así cuando, a pesar de pagarse, por su carácter usurario, los pagos solo cubren una parte de los intereses, mientras el monto global de la deuda sigue creciendo. Así, durante el menemismo se entregaron empresas estatales (privatizaciones) a cambio de pagos de deuda. En estas décadas se realizaron varios canjes: el Plan Brady con Menem; luego otro con Cavallo en 2001 y ya vamos por tres con el kirchnerismo. En todos los casos significó superganancias para los especuladores que ingresaron al mismo, mientras la deuda, tras un brevísimo período, volvía a crecer astronómicamente.

Alejandro Olmos inició una investigación sobre la deuda en 1982. Probó 477 operaciones ilegítimas. Finalmente, el 13 de julio de 2000, el Juez Ballesteros dictó un histórico fallo: “la deuda externa de la Nación ha resultado groseramente incrementada a partir de 1976 mediante la instrumentación de una política económica vulgar que puso de rodillas al país”. La sentencia fue remitida al Congreso de la Nación para que “evalúe las consecuencias políticas y actúe en consecuencia”. Desde entonces, duerme allí el sueño de los justos.

¡E impagable!
La pagamos varias veces con los planes de ajuste de Alfonsín. La volvimos a pagar con el desguace de las privatizaciones durante el menemismo. La pagamos nuevamente con ajustes salvajes de la Alianza, que incluso llegó a reducir los salarios públicos y jubilaciones. Y durante el kirchnerismo somos “pagadores seriales”. Este gobierno asumió en 2003 con una deuda de 144.000 millones de dólares, pagaron en efectivo 173.000 millones (se vaciaron las cajas del Anses y las reservas del Banco Central) y, después de proclamar el “desendeudamiento”, hoy reconocen oficialmente 196.143 millones de dólares (que en realidad, son más de 300.000).



En estos días todos votaron en el Congreso reabrir por tercera vez el canje de la deuda a los fondos buitre, oficialistas y opositores -diputados de Massa, Macri, Alfonsín-. Son del mismo partido: el de pagar la deuda como prioridad número uno. Nosotros, por el contrario, estamos convencidos que no hay salida sin dejar de pagar esa deuda usurera. Por eso hay que movilizarse por el no pago y tener diputados de izquierda que luchen por ello en el Congreso.

¿Qué pasa si no pagamos?
El gobierno, la oposición patronal y los economistas del establishment plantean que “es imposible” dejar de pagar. Anuncian terribles consecuencias: dicen que nos bloquearán económicamente y no vamos a poder comprar ni un tornillo, que cerrarán las industrias o que no vamos a poder comprar medicamentos y que nos embargarán los bienes en el exterior, que quedaríamos “aislados del mundo” y un largo etcétera. Esto es totalmente falso. Al contrario, quienes se perjudicarían con el no pago serían los banqueros, las grandes potencias imperialistas y los organismos internacionales, como el Banco Mundial.

El no pago de deuda ha sido muy frecuente en la historia: grandes potencias lo hicieron (los propios Estados Unidos antes y después de la guerra de Secesión; Inglaterra, Francia e Italia en 1933), sucedió en las grandes revoluciones (Unión Soviética en 1905 y 1917, Cuba en 1959) y hay numerosos casos en las últimas décadas (México 1982, Bolivia y Costa Rica 1984, Perú 1986, Brasil 1987, Rusia 1998, Ecuador 1999, Islandia 2010).

El caso más conocido para nosotros fue la cesación de pagos de nuestro país en diciembre de 2001, decretada producto de la inmensa rebelión popular del Argentinazo: aun siendo parcial (sólo involucró a los acreedores privados y al Club de París, pero se siguió pagando al FMI y al Banco Mundial), sirvió para aliviar las penurias de la desocupación y la miseria de entonces, ya que más de dos millones de planes sociales fueron financiados con lo que estaba presupuestado para pagos de deuda en 2002. Y mucho más aun se hubiera podido hacer si los Kirchner no hubieran regalado plata en efectivo y por adelantado al FMI primero y retomado los pagos a los bonistas a partir de 2005.

La cesación de pagos de 2001 (o “default”, como se lo denominó) demostró que era mentira que nos “iban a embargar todo”. Más allá de algunas declaraciones altisonantes, lo único que sucedió fue el episodio de la Fragata Libertad (que se debió más a impericia política que a otra cosa). El país no quedó aislado, más aún, en los años siguientes hubo una importante reactivación económica.

Pero supongamos por un instante que ante una nueva situación de no pago, algún poder imperialista lograra embargarnos algo. Para contrarrestar esta medida no tendríamos más que proceder a embargar las propiedades imperialistas en nuestro país: ellos tendrían mucho más para perder que nosotros. Y si a pesar de esto se diera el caso de que, efectivamente, lograran impedir que algún tipo de bien esencial ingresara a la Argentina, recurriríamos a la solidaridad de los pueblos de Latinoamérica, promoveríamos un frente de países deudores y podríamos utilizar de conjunto toda la riqueza continental, lo que nos haría invencibles ante cualquier intento de bloqueo. Y si hubiera que hacer algún sacrificio, sería en pos de liberarnos de los usureros, no como ahora que seguimos hundidos en la dependencia y sumisión con el imperialismo.

Lo “imposible”, entonces, no es dejar de pagar la deuda, sino la perversidad de seguir pagándola con la pobreza de nuestro pueblo.

J.C.

La deuda y los inundados
El gobierno dijo que destinó 280 millones de pesos para paliar las consecuencias que sufrieron los inundados de La Plata, provincia de Buenos Aires y Capital. Lo que no dice es que ese mismo día destinó un pago de deuda por 2.400 millones de... ¡dólares! Es decir, 50 veces más que aquella cifra.

Está claro. La prioridad K está con los usureros, no con los que sufren muertes y daños irreparables por obras que no se hacen, centralmente, por pagar una deuda repudiable.

JUSTICIA MADE IN USA



http://www.teinteresa.es/mundo/Cristian_Fernandez-cadena_perpetua-menores_0_776324238.html#WaQ1Jc1UaRBE3x9a

Cristian Fernández se enfrentó una posible condena de cadena perpetua por el asesinato en primer grado de su hermanastro de dos años.
Librado al final de esta posibilidad, a cambio de una condena hasta 2018, Cristian escapó de unirse a un selecto grupo, el de los niños sentenciados a morir en una prisión norteamericana. En la actualidad, 79 presos con menos de 14 años se encuentran cumpliendo cadena perpetua sin posibilidad de excarcelación, de los casi 2.500 menores condenados en el país a estar toda su vida en una cárcel, según cifras de Human Right Watch, un 16,4% del total de presos. Casi dos tercios de estos menores son jóvenes de color y 175 niñas, algunos de los cuales llevan más de media vida encerrados.
Una polémica que se reabre después de que la Corte Suprema, el más alto tribunal de EEUU, declarase en mayo de este año que la cadena perpetua a menores era inconstitucional. Se trataba de la tercera decisión sobre esta materia que tomaba el grupo de nueve magistrados: en 2005 abolió la pena de muerte para este colectivo, salvando a 50 niños del corredor de la muerte, y en 2010 declaró inválida la cadena perpetua para 130 menores sin delitos de sangre.
A pesar de ello, la histórica decisión no supone el fin de estas condenas, como ha quedado patente en el caso de Cristian Fernández. Con cinco votos a favor y cuatro en contra, la Corte Suprema concluyó “que cualquier jurado o juez debe tener en cuenta los factores atenuantes que han llevado al joven a cometer el delito antes de imponer una condena que implique pasar toda la vida en prisión”. 



El alto tribunal se pronunció respecto al caso concreto de dos menores de 14 años, Evan Miller y Kuntrell Jackson, aunque la sentencia sentó jurisprudencia. “Espero que la mayoría de los convictos tengan nuevas sentencias, y admito que esta nueva decisión por parte puede hacer que los Estados cambien las condenas por su cuenta o modifiquen sus leyes”, sostenía Bryan Stevenson, abogado de ambos menores, tras conseguir la rebaja para sus defendidos.
EEUU dificulta la imposición de estas penas, pero no las prohíbe
Los magistrados del Supremo dejaban claro que “la posibilidad de que estas condenas se den, va a ser muy baja”, aunque no imposible, al acogerse a la Octava Enmienda, que garantiza el derecho a no ser sometido a castigos inusuales o crueles, a la inmadurez e impulsividad de los condenados para adoptar penas menos rigurosas que a un adulto. 
Dejaba sin embargo la puerta abierta a la posibilidad de que sean juzgados como un mayor de edad, como es la situación de Cristian Fernández. Además, algunos de los miembros del alto tribunal expusieron sus reticencias a la decisión. "No hay nada en nuestra Constitución que autorice a esta Corte a cambiar esta decisión", aseguraba el juez Thomas.
La facción más conservadora formada por su presidente, John Roberts, y los jueces Antonin Scalia, Clarence Thomas y Samuel Alito se opuso rotundamente a la medida, argumentando que “las decisiones sobre las sentencias más apropiadas para los adolescentes asesinos tienen que ser tomadas por los legisladores y no por los tribunales”. 
29 estados no diferencian entre homicidas adultos y menores
Y es que en 29 estados norteamericanos, la ley todavía establece la cadena perpetua para el homicidio, con independencia de si el crimen ha sido cometido por un menor. Los Estados tienen libertad para determinar su duración máxima, la mínima es de 10 años, aunque la mayoría todavía recoge la pena de por vida, sin libertad condicional, siendo el único país del mundo en aplicar esta severa pena contra los menores, según Amnistía Internacional.
Varios tratados internacionales prohíben precisamente la imposición de estas condenas, como el artículo 37 de la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño de 1989, ratificada por todos los países salvo EEUU y Somalía. Por otro lado, la Convención Internacional de Derechos Civiles de 1966 fue firmada por EEUU a cambio de incluir una excepción a la prohibición para condenar a menores en “circunstancias excepcionales”. 
Los menores con cadena perpetua se ha multiplicado por seis desde 1966.


Entonces había 400 menores en esa situación, ahora son más de 2.500 los niños que podrían pasar el resto de su vida tras las rejas. Una situación que parece no tener fin, a pesar de las sentencias del Supremo norteamericano. De hecho, el Departamento de Justicia de EEUU reconoce hasta 29 casos de menores de 14 años que han cometido asesinatos en los últimos dos años.
Cristian Fernández podría convertirse en unos meses en uno de esos menores que crezcan y envejezcan en prisión. La acusación de la Fiscalía para juzgarlo como un adulto por la gravedad de su crimen fue aceptada por el juez. De nada sirvió una iniciativa popular que recogió más de 190.000 firmas en todo el país para que sea juzgado como lo que es, un menor. 
La fiscalía se opone a esta petición, que permitiría que Fernández quedase libre con 21 años. “Tenemos que proteger a la sociedad de este individuo. Aplicar la pena máxima a un niño de 12 años es algo muy triste, pero es la única medida legal que tenemos para asegurar la seguridad de los ciudadanos”,  aseguraban los responsables de la acusación contra el menor. 

martes, 1 de octubre de 2013

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http://www.taringa.net/posts/imagenes/17192316/Abrimos-los-ojos-O-seguimos-siendo-enganados.html

Buenas, hace mucho que no hago un post de esta clase, pero esta vez vengo a compartirles una situacion que nos pasa a todos, que muchos "creemos haber abierto los ojos" frente a este manejo que hace el sistema en el que vivimos, pero... 
Lo importante es... Fuimos engañados desde que nacimos, con mentiras de todo tipo, crearon en nosotros los patrones de conducta, nos dijeron que está mal y que está bien... 
Algunos pudimos abrir los ojos, aprender a ver las razones verdaderas de por que el mundo es de esta manera... 
PERO... ¿SEGUIMOS SIENDO ENGAÑADOS? 

Les explico de donde viene esto... En internet hoy dia hay millones de imagenes con leyendas "anti sistema", revolucionarias, rebeldes, como quieran llamarles. Odio las etiquetas, uno es lo que es, no importa como lo quieran llamar o los prejuicios con los que nos llenaron la cabeza. 

Miren... Tantas imagenes "demostrando" como es la verdad de la vida, de este sistema esclavizante, cegador y manipulador... PERO TANTAS IMAGENES Y PARA QUE? Acaso creen que estando adelante de una PC van a ser mas antisistema que la gente que esta excluida TOTALMENTE, por no tener plata y vivir en la calle? 

Vamos, despertemos, pasarse horas viendo imagenes diciendo "verdades incomodas" no es ser rebelde, antisistema NI NADA. Se estan dejando esclavizar... Leyendo un monitor no se consigue nada mas que PERDER TIEMPO VALIOSO.