"Los anarquistas han estado proclamando durante años que "la anarquía no es el caos".
Incluso el anarquismo parece querer una ley natural,
una moralidad interior e innata en la materia,
una entelequia o propósito-de-ser.
(No mejores que los Cristianos en este aspecto),
radicales sólo en lo profundo de su resentimiento.
El anarquismo dice
que "el Estado debería ser abolido" solamente
para instituir una nueva forma de orden más radical en su lugar.
La Anarquía Ontológica replica, en cambio,
que ningún "estado" puede "existir" en el caos,
que todas las afirmaciones ontológicas son espurias
excepto la afirmación del caos
(que sin embargo es indeterminado),
y por tanto que la gobernación de cualquier tipo es imposible.
"El caos nunca murió".
Cualquier forma de "orden"
que no hayamos imaginado y producido
directa y espontáneamente
en pura "libertad existencial"
para nuestros propios propósitos celebratorios
es una ilusión."
"No tenemos tiempo para una teoría que meramente se limita
a la contemplación de la utopía como "lugar sin-lugar"
mientras lamenta la "imposibilidad del deseo".
La penetración de la vida cotidiana por lo maravilloso
-la creación de "situaciones"-
pertenece al "principio material corporal",
y a la imaginación,
y al tejido viviente del presente."
"La tarea de la organización inmediatista
puede ser resumida como el ensanchamiento de este círculo.
Cuanto mayor sea la porción de mi vida
que pueda ser arrancada del ciclo Trabaja/Consume/Muere,
y (de)vuelta a la economía del "encuentro",
mayores serán mis oportunidades de placer.
Uno corre cierto riesgo al frustrar así
las vampíricas energías de las instituciones.
Pero el propio riesgo forma parte
de la experiencia directa del placer,
un hecho conocido en todos los momentos insurreccionales
-todos los momentos de despertar-
de intensos disfrutes arriesgados:
el aspecto festivo del Levantamiento,
la naturaleza insurreccional del Festival."
Los Pasquines del Anarquismo Ontologico.
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