Una niña de 13 años, Duaa Hejazi, regresaba a su hogar en el barrio de Sabra, en Gaza, en compañía de su madre y hermanos cuando un misil israelí explotó en la ruta al frente de su casa a las 8 de la noche. "Sangré mucho. Mi hermano también fue herido, en la mano. Los vecinos me trajeron al hospital." Duaa sufrió heridas de esquirla en la parte superior del cuerpo, y aún tiene algunos fragmentos en el pecho. Quiso enviar un mensaje a otros niños de los alrededores de Gaza:
"Yo digo, somos niños. No tenemos ninguna culpa para tener que enfrentar esto. Ellos están ocupando nuestro territorio, voy a decir, como dijo Abu Omar: 'Si eres una montaña, el viento no te estremecerá'. No tenemos miedo, seremos fuertes."
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