sábado, 5 de mayo de 2012

LA DERECHA INVOLUNTARIA





Cada vez que termino enroscado en las clásicas discusiones izquierda/derecha, compruebo que, como en todos los aspectos de la vida, hay infinidad de matices que deberíamos tener en cuenta.
Claro, lo más obvio sería definir entre moderados y extremistas o, en el caso de la izquierda, en las infinitas versiones en torno a la doctrina, ya sean trotskistas, maoístas, marihuaneros, leninistas, neo-montoneros, etc.
A mi modo de ver, la izquierda es más compleja porque tenemos muchas ramificaciones y a veces invierten sus fuerzas y tiempo para pelearse entre ellos. Y eso ha beneficiado mucho a la derecha, ese bloque tan homogéneo.
Analizo detenidamente a la derecha y advierto que existe una división interna, una división bastante clara y significativa.
En la derecha hay una minoría voluntaria y una mayoría involuntaria. No son grupos incompatibles, ambos pueden convivir y de hecho lo están haciendo.


Derecha voluntaria: Por lo general, no son buenas personas. Pueden ser dignos compañeros, correctos padres de familia, ciudadanos responsables, pueden ser todo eso, pero en el fondo sienten un profundo desprecio por el ser humano. 
Están convencidos de que el dinero es el valor central. Saben que el sistema capitalista necesita un buen porcentaje de pobres para poder funcionar y aceptan esa idea. 
Se escandalizan ante temas como la esclavitud infantil, pero en el fondo saben que las empresas que cometen esos crímenes pueden alcanzar admirables márgenes de ganancia y las aplauden por ello.
Consideran que el mundo está mal y que hay mucha injusticia social, pero al mismo tiempo saben que todos los cambios posibles para revertir esta situación influirán negativamente en sus ganancias así que al final se resignan estoicamente y deciden aceptar al mundo tal cual es.
Esta imagen del mundo y de la vida es transmitida de generación en degeneración, y funciona en el inconsciente grupal, como la religión. 
Son peligrosos porque tienen poder económico, esto les permite influir sobre los otros dos poderes: el político (para financiar candidatos que opinan igual que ellos) y el mediático (para convencer a las masas de que esos candidatos están representando a la mayoría y no a esos pocos que los financian).





La derecha involuntaria: Acá el tema es más complejo porque nos estamos refiriendo a un grupo masivo que abarca todas las clases sociales, religiones, clubes de fútbol, niveles educativos, etc. 
Es una masa conformada por personas que son muy diferentes entre sí, pero que tienen algo en común: miran TV.



La derecha involuntaria está formada, entonces, por aquello que conocemos como clase media y clase baja. 
Están convencidos de que tienen ideas propias, pero eso no es verdad. Han sido adoctrinados desde muy pequeños (por la educación académica, la religión, los medios y por sus propios padres adoctrinados) para pensar en una sola dirección y escuchar siempre una sola campana.
La educación les brindó una versión de la historia y de la sociedad muy manipulada donde la derecha siempre queda bien parada y la izquierda es un sinónimo de desorden, caos, etc. (términos, todos, que pueden aplicarse a la derecha).


La religión genera un instinto de sumisión ante la autoridad (provenga de donde provenga). En este sentido, la revolución contradice el mandato de Dios y los pobres son bienaventurados. Entonces ¿para qué vamos a salvar a los pobres si Dios ya los ha bendecido con el paraíso eterno?
Es cierto que los Evangelios condenan a los ricos y a la acumulación de riquezas, pero eso no se contradice con el estilo de vida de los papas, arzobispos y toda su troupe.
Las autoridades religiosas convencen a sus fieles de hacer donaciones para los pobres, pero a estas autoridades nunca se les ocurriría donar los inmensos bienes que poseen.
Y podemos seguir ejemplos en torno a la religiosidad, pero eso es para otro capítulo.
En tercer lugar, tenemos a los medios, diciéndonos cómo tiene que ser la sociedad y el sistema bancario. Ofrecen todo el tiempo un estilo de vida relacionado con los núcleos de poder (derecha voluntaria), incitándonos a querer vivir como ellos, ser como ellos. 
Evidentemente, el papel de los medios es muy sutil, y ahí radica gran parte de su éxito. Abundan los mensajes encubiertos y el doble sentido, y siempre están respondiendo a los intereses del poder económico porque los miembros de este poder económico son los que financian la pauta publicitaria de los medios. Ahora todo cierra.


Entonces ahora tenemos una idea más concreta de lo que significa la Derecha Involuntaria, esa gente encarcelada en la prisión educativa, religiosa, mediática y democrática. 
Creen que son libres y no lo son. 
Creen que tienen ideas propias y no las tienen.
Están controlados y no se dan cuenta. 
Adhieren a una forma de pensamiento en la cual el zurdo es revoltoso y peligroso. Y el capitalismo, si bien puede tener algunas adversidades, siempre es justificado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario