Leyendo a David Icke:
Los antiguos métodos de sanación (que se conocen hoy como alternativos o complementarios) son asaltados por el establishment médico que está inundado de masones y bajo el control del cártel farmacéutico de la Hermandad. Sólo el imperio Rockefeller posee ahora más del 60% de la industria farmacéutica en Estados Unidos.
Esta y las otras ramas del cartel farmacéutico global solventan la ‘investigación’ de nuevos tratamientos y, por supuesto, estos "tratamientos" siempre terminan siendo drogas.
El cártel farmacéutico se entrelaza con los principales fabricantes de alimentos, como Nestlé, Kellogg, Proctor and Gamble y el resto.
A través de esta red, la Hermandad puede orquestar un ataque concertado sobre el cuerpo humano y sus procesos mentales a través de las drogas, vacunas y aditivos alimenticios. También son parte de esto los animales y alimentos logrados con ingeniería genética.
Cuando uno de los científicos británicos involucrado en el desarrollo de alimentos con ingeniería genética cuestionó públicamente su seguridad, fue despedido. Demasiado para vivir en un país con libertad de expresión.
El flúor en el agua es un depresor mental, igual que los edulcorantes como el aspartamo, que lo encuentra hoy en casi todos los refrescos.
Estos aditivos están diseñados para hacer más difícil para el cerebro y las células sintonizarse con las nuevas frecuencias.
Sucede lo mismo con las vacunas, uno de los fraudes médicos más grandes. Los médicos (la mayoría) y las enfermeras no tienen ni idea del daño que le están haciendo al cuerpo, mente y sistema inmunológico de un niño al administrarle vacunas. Pero los que orquestan los programas de vacunación sí saben.
La Hermandad también ha creado una red de tecnología muy compleja para capturar la conciencia colectiva humana y desvincularla del resto de su yo multidimensional. Esto comienza afuera, en el espacio con la tecnología de la ‘Guerra de las Galaxias’, que es parte de una vasta red electromagnética sobre y alrededor de la Tierra. Incluye: Transmisores de Frecuencia Extremadamente Baja (ELF) que transmiten sus señales a todo el mundo; transmisiones de microondas, que incluyen ataques directos sobre los que la Hermandad quiere matar o desacreditar a través de la manipulación mental; las redes de telefonía móvil que causan enorme daño físico y mental y permiten rastrear al usuario aún cuando el teléfono está apagado; emisiones provenientes de televisores, hornos de microondas y otra tecnología; y, por supuesto, el microchip.
La razón principal para la campaña para obtener una población con microchip es suprimir el despertar y desconectarnos de los pulsos que nos liberan.
Un científico de la CIA me dijo que el colocar microchips a la población le dará a la Hermandad el control de los pensamientos, emociones y salud física de la persona.
Un contacto que tengo en el mundo financiero, que reconoce la conexión reptiliana por su propia experiencia, me dio algunos detalles de los sistemas de energía modernos. Él había trabajado con inventores de energía gratis (la energía sin costo de producción, como la eólica, telúrica, de agua y solar) y se dio cuenta de que la tecnología de energía gratuita trabaja en armonía con el giro de los chakras.
Pero la más convencional tecnología eléctrica está en conflicto con los chakras. Este es un motivo por el que la Hermandad reptiliana ha suprimido, con frecuencia a través del asesinato, el desarrollo de la tecnología de energía gratuita.
El sistema de cableado promedio en el hogar funciona a 60 ciclos por segundo (en EE.UU. y otros países), lo cual es muy perjudicial para el cuerpo y afecta la actividad de las ondas cerebrales.
Brian Desborough me dijo cómo la gente desarrolla malestares de espalda y otros problemas si su cama está junto a una pared que lleva cableado interno. Sus quejas con frecuencia se despejan si alejan la cama unos 30 centímetros de la pared.
Vivimos en un océano palpitante de electromagnetismo generado por la tecnología ‘moderna’ y esto afecta constantemente la salud física, emocional y mental. La mente, el cuerpo y las emociones humanas están bajo un increíble asalto en la cuenta regresiva para el Gran Cambio porque la Hermandad está desesperada por asegurarse de que la humanidad como un todo no realice el salto de conciencia que nos llevará más allá de las frecuencias de los reptiles.
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