sábado, 2 de junio de 2012

EL CONTROL DE LA RELIGION





 No somos libres, pero lo más interesante es que nos han hecho creer que somos libres porque tenemos la posibilidad de elegir entre diversas variantes: podemos ser católicos, judíos, musulmanes, comunistas, nazis o capitalistas, y la lista continúa. El abanico parece muy amplio, pero en realidad, son variaciones sobre lo mismo. ¿Cuesta creerlo, no? Si lo analizás, todas estas variantes usan el miedo, la culpa y otras formas de imposición para manipular y asustar. 
Icke plantea el interrogante: ¿Cuál es la diferencia entre las monjas que usan el miedo y la culpa para controlar el pensamiento de los niños, y un rabino o clérigo musulmán que usa el miedo del infierno y enormes presiones familiares para hacer lo mismo? No hay diferencia, son aspectos diferentes del mismo estado de mente, pero ellos piensan que son diferentes. 

Icke ha diseñado una interesante parodia donde Dios nos brinda su veredicto:
"Mis ángeles y yo hemos otorgado la Franquicia de Dios a los Católicos Romanos. Mi voluntad es que el Papa debe decir a todas personas cómo llevar sus vidas y que él y el Vaticano deben ser controlados por una red de sociedades secretas como los Francmasones y los Caballeros de Malta. Si cualquier Papa no está de acuerdo con este control, debe ser asesinado (como Juan Pablo I). También es mi voluntad que el Papa y la Iglesia deben aterrorizar a los niños y que se les diga qué hacer toda la vida y asegurar que crean en lo que la iglesia quiere que ellos crean. Deseo que mi hijo, el Príncipe de la Paz (conocido erróneamente como "Jesús"), debe ser clavado a una cruz y sufrir dolor tan increíble que ¡el resto de la humanidad podrá matarse y saquearse unos a otros mientras tienen sus pecados perdonados para siempre!” 

Pero Dios comprueba que eso no es lo correcto, así que decide cambiar de opinión:
Ahora mi voluntad ahora es que los Judíos son mi pueblo elegido, aún aunque, contrario al adoctrinamiento mundial, no hay tal cosa como una "raza" Judía, tampoco hay ninguna raza "Aria". Es mi voluntad que la jerarquía judía debe aterrorizar a sus niños para prepararlos para que se les diga qué hacer toda la vida y asegurar que se ajusten a lo que sea que la jerarquía les diga. Debe hacérseles temer a los ataques terroristas (de los que su propia jerarquía es a menudo responsable). Como yo di una franja de tierra a mi pueblo elegido hace miles de años (o así me dicen los libros de historia), deseo que los palestinos deben ser expulsados de sus casas, y que algunos de los terroristas involucrados como Ben-Gurion, Begin, Rabin, y Shamir, deben llegar a ser Primeros Ministros y exhibir hipocresía denunciando el terrorismo de los otros. Y deseo que la jerarquía Judía sea mi pueblo elegido y, como su libro, el Talmud, dice: "Sólo los Judíos son seres humanos, los no Judíos no son seres humanos, sino ganado vacuno". 
                                                   
Eso no parece correcto, tampoco, así que vuelve a cambiar de opinión:
Esta vez deseo que mi voz legítima sea la jerarquía Musulmana y que deben aterrorizar a sus niños para prepararlos para que se les diga qué hacer toda la vida y para asegurar que se ajusten a mis reglas. Conté todo esto a un tipo llamado Mahoma, y después él y sus sucesores condujeron un inmenso ejército para matar a cualquiera que no los aceptó como mis representantes. Es mi voluntad que la religión Islam debe ser usada para mantener a las personas en el miedo, la culpa, y el orden mientras mi jerarquía usa el dinero del petróleo para su propio beneficio y mantienen al resto de las personas en la pobreza. Deseo que las mujeres no deban poder mostrar más que sus ojos en público porque estoy avergonzado de haber creado el cuerpo físico. Deseo además que los hombres deben tener el control siempre y que las mujeres deben ser forzadas a hacer lo que se les diga. 

Dios comprueba que esto tampoco es correcto, así que se da por vencido y dice: 
No puedo decidir. Que elija la gente. Vayan, luchen. Violen al planeta... Ataquen. El último que queda vivo gana y se sienta a mi diestra.  

Cuando lo analizamos detenidamente, todas las religiones son muy parecidas. Demasiado parecidos.
Todas las religiones fueron concebidas desde el amor y la tolerancia, buscando la unión y máximo bienestar de todas las personas. Pero en la práctica, son pequeñas elites que controlan a la mayoría y les dicen como pensar, sentir y actuar (en beneficio de esas elites).
Icke pregunta: ¿No podría ser que estas variaciones en el mismo modelo de pensamiento no tienen nada que ver con “Dios” y la espiritualidad y todo que ver con el deseo de algunos humanos de determinar las vidas de todo el resto? Nadie ha "nacido" Cristiano, Judío o Musulmán. Las personas son condicionadas a ser Cristianos, Judíos y Musulmanes. 
¿Y cómo se sostienen las religiones? Mediante la rigidez y la manipulación de las "creencias" (el dogma y el prejuicio).
Si no caíste en las redes de las religiones convencionales, podes caer en otros dogmas mas novedosos (de índole política, científica, o aquello que conocemos como New Age), todos apuntando a lograr el mismo estado de mente controlada.
Y para ésos que han evolucionado más allá del estado infantil de religión, hay otros dogmas esperando atraparlos. Político, científico, medioambiental y el dogma de la "New Age" entre otros. Como con la religión, estos "opuestos" son aspectos del mismo estado de mente.

Cuando hablábamos de religión, decíamos que nos han hecho creer que somos libres porque tenemos la posibilidad de elegir entre diversas variantes. El abanico parece muy amplio, pero en realidad, son variaciones sobre lo mismo. Según Icke, este concepto también se adapta a la mayoría de las ideologías disponibles.
Pensemos en Comunismo-Nazismo.
La extrema izquierda, como la simbolizada por Stalin, cree en el control centralizado, la dictadura militar, y los campos de concentración. La extrema derecha, como la simbolizada por Hitler, cree en el control centralizado, la dictadura militar, y los campos de concentración. Dejando de lado la retórica, son lo mismo. Históricamente, el conflicto no ha sido entre contrarios, sino entre versiones del mismo estado de mente: el deseo de controlar a otros. 
Los mismos son retratados como opuestos. Y de ahí parten todas las confusiones y malos entendidos.

Pensemos ahora en la diferencia entre Socialismo-Capitalismo.
El socialismo cree que la producción debe ser controlada por los pocos que determinan la política económica. El capitalismo cree en la supervivencia del más fuerte que resulta en el control por los pocos que determinan la política económica. Tanto de un lado como del otro, desean parar la circulación libre de la información que desafía su dogma. 
Según Icke, el auto-engaño requerido para semejante estado de mente desafía la imaginación. 

De esta manera, las "Diferencias" son fabricadas para presentarnos una ilusión de opción y variedad, de otro modo nos daríamos cuenta que la humanidad es una masa informe de pensamiento programado y uniforme. Esta es la base para dividir y gobernar: crear divisiones con "diferencias" inexistentes y luego hacerlas luchar entre sí. 

Este es un tema complicado porque las personas se aferran compulsivamente al bando que han elegido, siendo capaces de justificar o minimizar cualquier aberración, cualquier injusticia, al estar en tan empecinados en defender su posición (hoy tenemos un ejemplo muy claro en el enfrentamiento Kirchnerismo – Oposición).
Muchos se enojan al escuchar que EEUU es una dictadura disfrazada de democracia y tratan de justificar las sangrientas intervenciones norteamericanas. Al mismo tiempo, los comunistas evitan hablar (o en el peor de los casos pretenden explicar) el autoritarismo extremo de Stalin y las matanzas sistemáticas de millones de personas.
Se aferran tanto que al final parecen niños.
Esto me recuerdo a uno de los Principios de Acción Válido promulgados por el Siloísmo: No importa en qué bando te han puesto los acontecimientos, lo importante es que tú no has elegido ningún bando. 

Claro, estamos cuestionando absolutamente todo. Las ideologías, las religiones, todo. Pareciera ser que la única salida posible para ser libres consiste en no creer en nada y adoptar una postura cínica con respecto a todo. 
No es así. 
Siguiendo la línea siloísta, decimos que lo importante es el ser humano y la curación de su sufrimiento, más allá de todo partido, ideología, credo o sistema financiero existente. 
Esto me recuerda la anécdota de Jean-Paul Sartre. Era un respetado miembro del Partido Comunista francés hasta que un día se atrevió a denunciar los crímenes del stalinismo. Inmediatamente, fue acusado de traidor. Parece ser que, con estas críticas, Sartre estaba ayudando a EEUU (toda una paradoja, teniendo en cuenta que Sartre siempre fue un acérrimo crítico y opositor de EEUU en particular y del imperialismo en general). La propuesta de Sartre fue muy simple: apoyaba al comunismo, pero no podía permitir ni tolerar que se produjeran crímenes y atropellos en su nombre. Y no podía justificarlo como un “mal menor” o “mal necesario de esta etapa que pronto será superado”.
Al final, ¿defendemos la libertad? Sí, cuando nos conviene. Si nuestros enemigos cometen crímenes, salimos a repudiarlos. Si los crímenes e producen en nuestro bando, nos hacemos los distraídos y miramos hacia otro lado porque cualquier autocrítica será aprovechada por el enemigo. 
De esta forma, caemos en una eterna contradicción interna de la que ya no podremos salir. 
El ejemplo antes citado de Sartre es bastante concreto: aquí tenemos al hombre libre que defiende al ser humano por encima de cualquier ideología, sin dobles discursos, sin hipocresía, con una coherencia admirable. 

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